EL
CONFLICTO DE GAZA.
El
verdadero modo de vengarse de un enemigo, es no asemejársele.
Marco
Aurelio.
Tengo la sensación que,
como casi siempre, miramos el trapo rojo y no analizamos las situaciones, ya
que siempre me viene ese pensamiento terrible de Antonio Machado “En España de
cada diez cabezas una piensa, nueve embisten”, y, lo peor, empiezo a pensar que
no solo es un patrimonio español, creo que, lamentablemente, nos alcanza a
todos.
Por mucho que le dé
vueltas, y soy pesadito cuando me pongo a ello, no me cabe en la cabeza la
intencionalidad del ataque de Hammas a Israel. No tiene ningún sentido ni real
ni aparente. Es un disparate solo al alcance de los locos. Y los terroristas
pueden estar completamente locos, pero sus dirigentes no. Como tenemos
comprobado mueren los muyahidines, a los dirigentes hay que matarlos. Ellos
nunca se exponen.
¿Cuál puede ser la
razón de este ataque enloquecido que solo puede estar condenado al fracaso? Desde
luego no el aparente de matar algunos pocos israelíes cercanos a la frontera
con Gaza, sembrar inseguridad en esos kibutz autosuficientes que son un espejo
de incompetencia para los árabes vecinos, esos mismo árabes que en su tiempo
fueron los agricultores más cultos y adelantados del mundo.
No, esa no puede ser la
razón. No tiene ningún sentido. El único sentido que puede tener es la
respuesta terrible que Israel dé a esa ofensa terrible, el llenarles de ira y
de ansias de destrucción. No buscan el ataque. Buscan la respuesta sangrienta y
exagerada. El que Israel cegado de furia destruya Gaza y que provoque el mayor
número de víctimas civiles, sobre todo niños y mujeres, la muerte de personas
por hambre y por falta de medicinas en los hospitales. Buscan enloquecer y
desacreditar Israel, para colocarles a su misma altura de maldad, ira y
venganza. Y poner a Israel como blanco de toda la comunidad árabe del mundo.
Y ponen a la población
civil, a los niños, a los ancianos y a las mujeres en vanguardia para soportar
y morir en la guerra con Israel, mientras que los dirigentes ya estarán fuera
de Gaza. Desde el punto de vista militar solo me viene una imagen a la cabeza.
¿Habéis escuchado la expresión de que ¿“ésto es como cazar peces con dinamita en
un barril”? Pues eso es exactamente Gaza. Un barril con dos millones de
personas indefensas frente a uno de los mejores ejércitos del mundo. En esta
situación unos solo podrán morir y los otros llenarse de sangre e ignominia.
Ningún general en la historia militar del mundo se hubiese colocado en esa
situación. Tiene que haber alguna otra razón.
Si contempláis la
situación política en la zona veréis que la situación política y diplomática de
Israel en la región después de tantísimos años se iba normalizando. Varios
países de la Liga Árabe había reconocido a Israel: Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Marruecos. Y
estaba en proceso el premio mayor: Arabia Saudí, el mayor proveedor de fondos
para la causa palestina que condicionaba su apoyo financiero al control de los
grupos terroristas y un reconocimiento y unas relaciones que chocan
frontalmente con los intereses de Irán, la otra gran potencia en la zona, que
compiten en protagonismo en el mundo árabe. Si Israel continúa con la guerra
Arabia Saudí tendrá obligatoriamente que disociarse de Israel de nuevo y para
mucho tiempo.
Si yo fuese Israel pararía la acción militar, ni una vida más
civil palestina, muy al contrario aliviaría la situación desesperada de Gaza,
Humanidad frente a inhumanidad, hablaría con Arabia Saudí para concederle el mayor
protagonismo para buscar la paz en la región sometiéndose a su criterio y al de
los organismos internacionales, incluida la Liga Árabe, e incluso proponiéndoles
al Príncipe heredero como principal gestor de la situación para colocarle en el
camino del Nobel de la Paz y para salvar la relación y buscaría formas de
castigar sobre todo a los dirigentes de Hammas. No es el momento de la
venganza, es el momento de pensar.
Y, ahora, como de
costumbre, no hacerme caso.
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