ANÁLISIS DE UN MINISTERIO DEL REINO DE ESPAÑA-DOS
MINISTERIO PARA LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA
Y EL RETO DEMOGRÁFICO
"ESPAÑA HOY ES UN FRACASO GOBERNADO POR CRIMINALES
NACHO CANO"
A LA ATENCIÓN DE LA SRA. MINISTRA DÑA. SARA AAGENSEN
Con copias para:
Dña. Davinia Martínez, Don Fernando Magdaleno Más y Don Hugo Morán Fernández, destinatarios de la misma denuncia penal, por robo, estafa, prevaricación y corrupción.
Sra. Ministra,
Para una fácil comprensión de la fundamentación de mis continuas reclamaciones sin respuesta hasta el momento, así como las denuncias por mi presentadas ante la Policía Nacional de Robo, Estafa, Prevaricación y Corrupción contra las máximas autoridades de ese Ministerio y dado que publicaré este escrito, voy a exponer brevemente mi situación con respecto a ese Ministerio. Me corrige Vd. si estoy equivocado en algo.
Soy propietario de un Tríptico de marfil, escuela madrileña de talla, siglo XVII, creo, que compré en la Galerías Piquer en Madrid en 1968, y que tuve expuesto para su venta en una tienda de antigüedades en Puerto Banús, de 1979-84, de la que fui socio, y que finalizada esa actividad lo llevé a mi casa donde ha estado los últimos cuarenta años hasta que deseando venderlo me enteré de la necesidad de que para vender obras de arte de marfil era necesario obtener un permiso llamado CITES, que emite ese Ministerio, motivado por la necesidad de proteger a los elefantes de su caza ilegal, lo que me parece adecuado.
Reúno la documentación necesaria que vds. exigen, me convocan para el examen de mi Tríptico en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, y allí me presento con mi Tríptico y un ajedrez de marfil hindú, también del XVII, del que, en su tiempo, me dan el Certificado CITES.
Después de una mañana entera me devuelven el ajedrez, pero me dicen que ha surgido una discrepancia en cuanto a la antigüedad de mi Tríptico y me proponen la datación de su antigüedad mediante Carbono 14, en Laboratorio neutral y externo, cuyo costo era de 250 euros y que si no quería gastar dinero que solicitase en unos días la devolución de mi Tríptico.
Seguro de mi propiedad legítima y de su antigüedad y pensando que trataba con gente honorable me presté a ello y mirando el Reglamento CITES, día después, veo que es el procedimiento reglado para cualquier discrepancia en la antigüedad de un marfil.
¿Quién hubiera podido pensar que aquello era una estafa? Yo, al menos, no. Me mostré conforme con la prueba del C14, pero a pesar de mis numerosas peticiones en ese sentido hacen oídos sordos a datarlo en un Laboratorio externo, no me contestan vulnerando su propio Reglamento y luego me dicen que se quedan con mi propiedad, por la cara. Parece que a alguien le gusto demasiado para devolverlo a su legítimo propietario.
Y el tema está meridianamente claro. En un Estado de Derecho NADIE PUEDE QUEDARSE CON LA PROPIEDAD AJENA SIN UNA ORDEN JUDICIAL QUE LO AMPARE. Y NADIE EN EL MUNDO PUEDE ENCONTRAR UNA DISCREPANCIA DE ANTIGÜEDAD EN UN MARFIL SIN UN EXAMEN CON CARBONO 14. POR TANTO, ME HABÍAN MENTIDO.
Y, por lo tanto también, al ver el comportamiento de ese Ministerio saco la única conclusión evidente: es una estafa, es un robo planificado desde el alto personal de ese Ministerio. Por supuesto, es solo una opinión, que solicito investigar a la Ministra Sra. Rivera.
Y, que yo sepa, esto es la Ley y lo que yo debo hacer en defensa de mí propiedad, excepto para estos desalmados que se han quedado con mi propiedad y que a pesar de mis múltiples reclamaciones no hay forma de que me la devuelvan, lo que me hace pensar que mi Tríptico es mucho más valioso de lo que yo creía o que ese Ministerio es una cueva de bandoleros que como las urracas se quedan con todo lo que brilla, lo que me lleva a presentar denuncia por varios delitos en la Policía Nacional de Marbella contra la Ministra Teresa Ribera y los Altos Cargos del Ministerio cuyos nombres constan al comienzo de este escrito.
Y solicito a la Ministra que investigue si existe en el Ministerio una organización criminal dedicada a robar marfiles. Y naturalmente ahora dirijo mis acciones y las mismas peticiones a la nueva Ministra Sra. Sara Aagensen.
Y explicada brevemente la situación comienzo el escrito nuevo que hoy dirijo a la Sra. Ministra Dña. Sara Aagensen:
Por motivos legales evidentes seguiré acusándole a Vd. y a sus altos cargos ministeriales de “presuntos” como autores del robo, estafa, prevaricación y corrupción, presuntos, que han cometido conmigo, aunque ya de presuntos parece que les queda poco cuando es un clamor popular la corrupción de su Partido y de su Gobierno, o lo que sea, al punto de que el líder de la oposición Sr. Feijóo les ha definido como Mafia, es decir crimen organizado, -por cierto, yo también un poco antes le solicité que investigase a su personal bajo ese supuesto- sin que nadie de su Gobierno haya salido corriendo a presentar una denuncia en defensa de su honor. El problema, claro, es saber lo que significa honor.
Permítame una pregunta a Vd. y al grupito al que tengo denunciado penalmente ¿Está resultando fácil poder explicar a sus hijos y a su familia cómo han llegado a ser considerados como Mafia, como criminales organizados con destino previsible a la exclusión social y, tal vez, a prisión ¿Y en La Moraleja? ¿Y en el King College, tal vez?
Tiene que tener su aquel ser socialista en La Moraleja, vivir en el privilegio abusivo y cada mañana predicar la igualdad social, la educación pública y la sanidad pública. Como diría un burlón, así cualquiera, aunque hay que ser muy golfo. Pero es un precio que se paga fácil ¿verdad? Creo que la definición exacta es hablar de los pobres para conseguir vivir como los ricos. Lo hacen francamente muy bien.
En otra carta anterior le mostré mi sorpresa de que una persona como Vd., con su preparación académica, hubiese aceptado un puesto significativo en un Gobierno terminal, corrupto hasta la médula, y con un panorama previsible de graves horizontes penales, vaya, que muchos de Vds. terminarán en la cárcel si en España queda algún resto de esa utopía que llamamos Justicia, a la que con tanto afán se dedican Vds. a degradarla y emputecerla, con éxito notable, hay que decirlo.
Pero, como es natural, estaba equivocado, está Vd. donde tiene que estar, su papel en el fraude de los hidrocarburos, los contratos a familiares y su incapacidad manifiesta en el Apagón, la definen muy bien. Y, después, su afirmación de que en España no hay uranio, hay que reconocer que ha estado muy bien como cómica, nos ha hecho reír a muchos españoles, lo que es de agradecer y, además, es muy elocuente en cuanto a su nivel real. Y su silencio ante mis denuncias también.
Y eso es una buena muestra de lo que digo de ese Ministerio, de su sentido delincuencial del ejercicio del Poder, es mi caso. Me roban, presuntamente, un Tríptico de marfil de mi propiedad, y yo les acuso -todo presuntamente-, de ladrones, silencio, de estafadores, silencio, de corruptos, silencio, de prevaricadores, silencio, denuncio la situación a la Policía Nacional en éMarbella, cierto, pero silencio, le avisé personalmente a Vd. de la posibilidad de la existencia de una organización criminal dedicada al robo de obras de arte de marfil en su Ministerio por su personal de confianza, silencio, le aviso a Vd. de su responsabilidad penal in vigilando, silencio, me mandan un escrito intimidatorio -me amenazan, para asustar el viejito con una inspección de Aduanas para un objeto comprado en España hace más de 50 años, ¡jódete Manuel, vaya nivel Maribel!- intentando justificar su robo, presunto, escrito con una argumentación al nivel de un niño retrasadito de diez años y presento un Recurso de Apelación, donde desmonto absolutamente su escrito, silencio, pasan los noventa días para que solucionen el tema que es justo el tiempo en que la Ley les concede y les obliga para responder, silencio, reclamo mi propiedad por Silencio Administrativo, silencio. Y hasta hoy. He sido analista empresarial, con este relato en la empresa privada estarían todos en la calle cuando salieran de prisión.
Me están Vds. causando un gran perjuicio justo al final de mi vida cuando todo son necesidades y no se necesitan problemas de ninguna clase añadidos a la vejez, siempre muy difícil, pero poder insultarles y que tengan que estar callados reconforta mucho. Y, ayudar a dirigir sus vidas hacia un futuro desgraciado en justa reciprocidad, me produce un gran consuelo. ¡Qué precio tan duro están pagando por un robo insignificante! Hay que ser muy golfos y muy mala gente para vender su honradez por bastante menos de un plato de lentejas. Lo que sucede es que si son muchos platos el tema cambia. Por supuesto es solo opinión y libertad de expresión.
¿Cómo puede ser que altos funcionarios de un Ministerio del Reino de España, puedan guardar silencio ante acusaciones de esta gravedad? Pues solo si son políticos ignorantes ¿hay de otro tipo? nombrados a dedazo o vendidos en cuerpo y alma al jefe, ineptos y corruptos, presuntos pero muy presuntos, indecentes prepotentes borrachos de Poder que no conocen palabras como dignidad, decoro, responsabilidad, legalidad, honestidad, honradez. No, no es chino, son palabras españolas que describen virtudes cívicas y morales que Vds no conocen. Vayan al RAE y la vuelta a la Catequesis tampoco estaría de más.
También hay otros escenarios posibles. El exceso de trabajo provocado por la desesperada huida de la responsabilidad absoluta, cuenten lo que cuenten son Vds. los responsables absolutos de estas muertes y se demostrará seguramente, en mi criterio, de más de 200 muertos en la Dana valenciana y la destrucción absoluta de pueblos enteros, miles y miles de millones por su incapacidad manifiesta y maliciosa, -a ver como coño salimos de esta sin veinte años de cárcel que es lo que merecen por homicidios culposos por negligencia dolosa, recuerden, lo oirán seguro en su futuro penal- y, por si faltaba algo, más muertos con el Apagón, primera vez en la Historia de España y miles de millones en pérdidas, y estos ya son de su absoluta responsabilidad, Sra. Ministra.
Con lo fácil que lo hubiesen tenido si hubiesen sido menos prepotentes y menos golfos. Lo tenían fácil, les dije desde el minuto uno que soy un anciano que necesito venderlo por necesidad económica.
Pues no, de comprar nada, es más sencillo robar, somos altos cargos de un Ministerio y el propietario es un viejecito indefenso al que le quedan tres telediarios. E ignoraron mís advertencias de que a gentes más importantes que Vds. en cargos gubernamentales los había visto llorar amargamente por esas cárceles de España donde yo les visitaba. Y que había lidiado con situaciones bastante más complicadas. Ya comprobarán Vds., espero que pronto, que en la cárcel las grandezas de oropel de los cargos políticos, que se creen algo y no son nada, desaparecen inmediatamente.
Y alguna reflexión para terminar. No se la merecen, pero voy a hacérselas. Ya les he dicho que soy un racionalista y por tanto no creo en las maldiciones. Pero también que una vez de muy joven en un ataque de ira desatada lance una maldición que, imagino por pura casualidad, tuvo un resultado tan terrible que me prometí, porsi, no volver a maldecir a nadie en mi vida.
Y en esta vida me ha pasado de todo, pero nunca he vuelto a maldecir a nadie, incluso en las peores situaciones imaginables. Y a nadie he maldecido hasta que el daño que me están haciendo me ha producido una ira tan terrible que les maldigo de todo corazón ya que por su culpa estoy haciendo daño a personas dignas que me necesitan.
Ya digo que no creo en ello, pero por simple curiosidad vean las fechas en que Vds. me han robado, presuntamente, y toreado con muy mal estilo, cierto, y lo siguen haciendo con absoluta desvergüenza, y comprobarán las fechas de mi maldición y lo que les ha ocurrido en este tiempo, desde que tuvieron la mala suerte de cruzarse en mi camino y despertar mi ira. Yo me lo pensaría, porsi. Vds. verán.
De ser un Ministerio de tercera categoría, de los que nadie sabe ni para que sirven, a estar en el centro de la tormenta política, va un trecho, ya son Vds. funcionarios quemados en su totalidad, con un destino profesional y penal muy complicado. Y naturalmente yo les deseo lo peor y ayudaré en todo lo posible a que lo alcancen.
Con independencia de la denuncia penal que tengo presentada contra Vds. que ya veremos cómo evoluciona, -la Justicia es de digestión lenta pero luego se come hasta los huesos-, les aviso que si no tengo mi Tríptico con su certificado CITES de talla del siglo XVII en mi poder la semana que viene, o una oferta de compra firme, estoy meditando en como lanzarles la maldición que más daños personales, familiares y profesionales pueda hacerles, sin ninguna compasión.
Vds. están destrozando lo poco que me queda de vida y yo voy a reventar su vida entera destrozando todo aquello que Vds. amen en esta vida. Y no busquen Vds. delitos de odio, lo mío solo es desprecio y asco. Y, por supuesto, todo lo publicaré en Redes con sus nombres y apellidos para airear sus vergüenzas lo más posible. Y escrito quedará para siempre, la desvergüenza de lo que son quedará para siempre.
El robo, presunto, de mi Tríptico les está exigiendo un precio que estarán pagando en lágrimas toda una vida. No hay más avisos. Vds. obligan a plazos perentorios para todo a los ciudadanos, pero eso solo queda para los contribuyentes, Vds. están exonerados ya que están muy ocupados en robar, presuntamente, evadir responsabilidades criminales, presuntamente y tocarse los mismos durante su jornada laboral, ciertamente.
Y, un recuerdo para mi despreciada Comisaria, exministra, Teresa Ribera también denunciada. En Europa le han cogido el aire muy bien y la tratan como un trapo sucio, y la verdad es que acredita en algo mi maldición y me reconforta. Irá a peor, ya que se lo merece. Vaya Vd., Ministra, tomando nota, pasará Vd. por lo mismo.
A Vd. también se le han tomado las medidas muy bien en el Parlamento, donde va a tener que escuchar descalificaciones insultantes de todo tipo con toda razón y tienen por delante, tanto la Sra. Ribera como Vd. muchas noches de poco sueño y mucha lágrima. Y un panorama penal muy complicado.
Hago mías, y suscribo al completo el pensamiento de Nacho Cano cuando afirma que hoy “España es un fracaso gobernado por criminales” A la vista está por mi propia experiencia. Y me despido con un bizarro verso de Zorrilla, corregido y adaptado, que me parece adecuado a esta situación. “Y en Vds. dejaré, indignos miserables, triste recuerdo de mí. Lo juro”. Una semana tienen.
Y acabo con una opinión de hoy de un socialista importante, Tomás Gómez, que fue Secretario General del PSOE Madrid que viene al pelo
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