INTERNET
Y EL FAR WEST
Nadie sin una identificación positiva en Internet
La Humanidad tiene un
gran problema que parece insoluble y que es el más fácil de resolver, lo que
demuestra la realidad de mi tesis, que repito una y otra vez, de que los seres humanos
somos bastante listos a nivel personal pero absolutamente gilipollas a nivel
social. A la vista está, ya que como alguien bien expresó “La mejor prueba de
la degradación humana es que cada vez nos engaña gente con menor talento”.
Todo el mundo clama
sobre la desprotección de los niños en Internet, los pederastas emboscados bajo
falsas identidades, el acceso muy temprano a la pornografía, el bullying y los
muchos peligros de los niños en la Red.
Pero lo cierto es que
Internet es un peligro para todos sin excepción. Fraudes, estafas, robos,
asaltos a cuantas bancarias, robo de identidades, espionajes personales e
industriales, chantajes, secuestros de ordenadores, difamaciones, insultos,
toda suerte de intromisiones con noticias falsas, trampas en las elecciones, en
fin, toda suerte de delitos muy bien explicitados en todos los Códigos Penales
del mundo, y absolutamente impunes en Internet. ¿Alguien puede entender esta
impunidad a nivel global?
La realidad es que el
mundo de Internet es hoy el Far West del siglo XIX en Norteamérica, donde todos
los caminos eran peligrosos ya que estaban poblados y dominados por cuatreros,
bandidos, salteadores de caminos y los pistoleros, es decir por los más rápidos
es disparar y matar a su adversario, y la única Ley era la del más fuerte, hoy
esa figura la ocupa el hacker informático, es decir los mejor preparados para
cometer delitos en Internet, y, ¡oh, maravilla de los tiempos!, muchísimos, los
más peligrosos trabajando en la sombra para los Estados, que en la práctica
son, los mayores delincuentes del mundo, aun cuando socialmente lo que el
pueblo más recibe y sufre sean los primeros hablados, ya que a ese nivel la
información es libre mientras que la de los Estados es secreta, y son los delitos sociales más evidentes contra
los niños y contra la propiedad y el buen nombre de las personas los que
normalmente se explicitan.
Y, sin embargo, esta es
juntamente una situación que podemos solucionar mañana. Yo lo escribí hace unos
veinte años, dentro de mi práctica habitual de predicar en el desierto. Y la
solución es exactamente la misma con la que se domesticó el Oeste americano: la
llegada de la civilización, es decir la llegada y aplicación de la Ley mediante
el Sheriff y el respaldo mayoritario de las fuerzas vivas de las poblaciones
para poner fin al robo, a las muertes y
al desorden.
Pues el tema de
Internet es exactamente igual y tiene la misma solución: el imperio de la Ley.
Nadie en Internet sin identificación positiva, el anonimato solo es bueno para
los delincuentes, en el anonimato siempre se han refugiado los cobardes, los
traidores, los maledicentes, los estafadores, los criminales, lo peor de la
condición humana.
Y, naturalmente, si
todos estamos debidamente identificados en Internet, con misma identidad para
toda la vida, el control de los niños y lo que pueden ver y hacer en internet
sería lo más sencillo, se acabarían los gordos sebosos de 50 años haciéndose
pasar por niñitas de 12 años para pervertir menores, se podría negar el acceso
a la Red de los difamadores y los odiadores profesionales que vomitan su rencor,
sus insuficiencias y sus complejos anónimamente todos los días, se podrían
presentar denuncias a personas concretas por difamaciones y delitos de odio, se
impediría el acoso y el bullying, se impondría el trato educado y cortés en la
relación en las redes, se podría desconectar por años o para siempre a personas
insociables merecedoras del ostracismo social, en fin, convertir un panorama absolutamente
caótico en un paisaje civilizado donde todo el mundo podría pasear por el mundo
sabiendo que su seguridad y la de sus hijos estaba garantizada.
No hay ningún país en
el mundo sin documento de identidad para toda la población y no hay ninguna
frontera en el mundo que se pueda cruzar sin pasaporte, con una única
excepción: Internet, que no solamente cruza fronteras, cruza los umbrales de mi
casa, entra en la habitación de mis hijos, controla mi correspondencia, influye
sobre mis gustos y mis compras, y todo ello
al servicio de intereses legítimos e ilegítimos y criminales. Esto es
absolutamente inasumible e inaceptable. Hay que ordenar este caos solo bueno
para la prosperidad de los criminales.
Ninguna persona de
bien, ninguna empresa legítima, ninguna actividad honesta necesita el
anonimato, el anonimato solo es bueno para los criminales. Podemos hacerlo
mañana y poner fin a un sinfín de problemas de un solo plumazo.
Las Naciones que no
quieran subscribir este gran acuerdo y
prefieran proteger a sus delincuentes que se les impiden acceder a la Red
Global, y punto final. Un delito cometido en un país desde otro país al otro
lado del mundo, se denuncia directamente al país donde resida el criminal y la
Justicia de ese país se encarga de juzgar, castigar y reparar el mal causado,
exactamente como si el delito se hubiese cometido en un país donde la víctima y
el criminal residen. Nadie el mundo en Internet ajeno a la acción de la
Justicia y los países que no lo quieran aceptar sean desconectados en su
totalidad de la Red Global de Internet.
Y, ahora, por supuesto,
no hacerme caso y seguir estafando a la ciudadanía y promocionando el desorden
y el crimen. Mi única venganza es que también, los poderosos, los que podéis
remediar los males del mundo y no lo hacéis, también tenéis hijos, nombre y
reputación que acosar y difamar y bienes que robar. De forma, que de mi parte que
os jodan en condiciones y que los crímenes de Internet recaigan sobre vosotros
y vuestras familias, para que sepáis de primera mano lo que la buena gente está
sufriendo hoy en este caótico mundo de Internet.
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