“Todas la Artes producen cosas maravillosas excepto el Arte de gobernar que solo produce monstruos”



“Todas la Artes producen cosas maravillosas excepto el Arte de gobernar que solo produce monstruos”


Este va a ser el encabezamiento permanente del blog que comienzo estos días, como soporte divulgativo de mi obra Humanitas et universalitas, a cuya creación he dedicado algunos años de mi vida, unos 20, y cuya presentación in extenso, -para los atrevidos que quieran saber más y sean capaces de pensar y analizar el mundo con una mente libre-, está en la página web: humanitasetuniversalitas.com

No tengo mucho interés en hablar de lo cotidiano ni de lo particular aunque sea a nivel nacional, mis reflexiones van dirigidas hacia la Humanidad como especie, como conjunto, como la hermandad básica y universal que componemos ya que somos casi una especie por persona y a la vez tan absolutamente iguales en realidades, sueños y esperanzas;  medito sobre las grandes ideas y las utopías inmensas que contemplan los milenios pasados y se proyectan hacia los milenios futuros desde las que propongo algunas ideas que creo pueden colaborar a proporcionar algunas esperanzas de supervivencia a largo plazo para una especie que ha llegado al milagroso escenario de la existencia consciente, milagro entre los milagros, la energía hecha materia y la materia hecha pensamiento de sí y de lo de fuera de sí, consciencia e interrogación. Y que en un Universo absoluta e inexorablemente mecanicista, solamente nosotros -al menos hasta que encontremos otros seres vivos e inteligentes- podemos obrar según dicte nuestra voluntad, tenemos y penamos y disfrutamos de libre albedrío, lo que significa el más prodigioso fenómeno que en este Universo se haya podido contemplar. “Es el único lugar que conozcamos donde el Universo reflexiona sobre sí mismo por nuestra mediación”

Dicho lo cual y bastante conforme con la idea que se atribuye a Platón “Las cosas del Hombre no valen mucho la pena, pero no tenemos más remedio que preocuparnos por ellas”, estando como estoy inmerso en el loco escenario español por nacimiento y existencia, a pesar de mis reservas extractaré algunas reflexiones de mi obra en el Capítulo dedicado a la Justicia y a la Política y comentaré algunos aspectos de la realidad política actual, con enorme pereza ya que cuando contemplo a los ignorantes subasteros de feria pueblerina que nos gobiernan me viene a la cabeza el amargo pensamiento de Chateaubriand que dijo “¿Ha sido para llegar a la miseria de hombres y de cosas del momento presente por lo que hemos pasado y malgastado tantos crímenes, desventuras, talento, libertad y gloria? ¿Acaso cabe suponer que un rebaño de sórdidas mediocridades puedan poner en práctica los altos ideales que la Humanidad necesita?” Ni siquiera, ni de lejos, los de España, para mí que ni siquiera los de Alcobendas.

Decía Churchill que el mejor alegato contra la Democracia es hablar con un votante medio, explorar sus opiniones, ya que Balzac apuntaba con razón que el gran problema de la Democracia es que el voto se cuenta pero no se pesa. Y esta es la única explicación que pueda justificar que políticos como los que tenemos en España en estos momentos puedan ocupar los cargos que ocupan. “Si hay un tonto en el Poder es que los que le votaron están muy bien representados”.

Tengo para mí que el mejor alegato contra la Democracia es analizar serenamente cómo es posible que una clase política representada por los cinco líderes de los partidos políticos españoles hayan podido ocupar un cargo por encima de Jefes de sección del Corte Inglés, más un chiquilicuatre como Errejón, un delincuente juvenil que tendría que estar en un reformatorio y no pontificando tonterías por las televisiones y que, además  habla de temas sociales sin haber trabajado un solo día en su vida, "¿cómo te atreves tú a hablar de pobres y de proletarios cuando no has hablado nunca con un pobre ni has tratado jamás con un obrero?. A. Santisteban", y que junto con Iglesias han sido y son soporte de dos de la regímenes más criminales que existen hoy en el mundo, a los que justifican en todas sus tropelías a cambio de financiación, y que estos demagogos de baratillo más propios del speaker’s corner que de un Parlamento europeo puedan ocupar un lugar significativo en la vida pública, es inentendible en un país civilizado, y que junto a un nazi de libro, Torra, cargo importante de un Estado al que intenta destruir por todos los medios con una impunidad humillante de un Gobierno en postración servil que parece no tener una sola idea de sus obligaciones como tal, en manos de un falsificador académico absolutamente impresentable que solo tiene una idea para gobernar: lo mejor para mi ¿qué es? Aunque sea la destrucción de España. Si ese es el precio, lo pagará.

Parece que los españoles hemos perdido el juicio por completo ignorando que “una buena parte de la felicidad individual y colectiva depende de nuestro buen juicio al elegir a los que nos gobiernan”. Ponga vd. un tonto al frente de cualquier empresa y tendrá un desastre absoluto. Oiga vd., garantizado. Lo hicimos con Zapatero y lo estamos repitiendo con Sánchez. ¿Acaso alguien cree entre los que votan a la izquierda que la crisis hacia donde nos encaminamos lo pagarán los hijos de Botín?. Los ricos listos votan PSOE.

Hay una regla económica tan cierta como la Ley de la Gravedad: de las crisis los ricos salen más ricos y los pobres mucho más pobres, ya que las consecuencias de las crisis siempre se solucionan estrujando a las bases de la pirámide social, el poco trabajo existente cotiza a la baja, la vuelta a salarios de miseria. Y los ricos comprarán a precio de saldo los pocos bienes que los trabajadores hayan podido acumular en tiempos de bonanza. Véase a los llamados Fondos Buitre en voraz sobrevuelo sobre la ruina de España que nos dejó Zapatero.

Parece que España está dispuesta a suicidarse por segunda vez y en un mundo absolutamente loco España puede ser ejemplo de máxima locura. Y debemos recordar que “no es signo de buena salud mental adaptarse a una sociedad sumida en una locura autodestructiva”. Nada más triste que contemplar y vivir en una Nación cuyo gobierno ha cesado de sus funciones básicas -entre ellas la principal: el monopolio de la violencia- y está dejando que gobiernen los gritos callejeros y los locos entre los que figuran en primera fila los nacionalismos de campanario.El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad. Albert Einstein” pero un sarampión asesino peor que el ébola, solo en el siglo pasado dos guerras mundiales con unos 200 millones de muertos, peor que el comunismo y el nazismo juntos, que ya es decir.


Todo muy antiguo y muy aburrido, desolador intelectualmente en un mundo que camina, y deberá caminar si queremos tener algún futuro como especie lo que nos dejó dicho preclaramente Ryszard Kapuscinski “La ideología del siglo XXI debe ser el humanismo global, pero tiene dos peligrosos enemigos: el nacionalismo y el fundamentalismo religioso”. Malditos sean ambos.



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